martes, 27 de enero de 2009

Los amores de la emperatriz: Catalina la Grande


Catalina tendría que soportar más de 8 años de virginidad conyugal dado que Pedrito estaba loco, tarado, impotente y hasta estéril. Padecía de fimosis, lo cual le imposibilitaba copular. Dado que Pedro se mostaba reticente en cuanto a que le hicieran cirugía en el pene, Elizabeth-tan pragmática como su padre Pedro I- optó por conseguir que la hermosa Catalina saliera pipona aunque no fuera de Pedro. Elizabeth quería un heredero a toda costa, aunque el bebé por venir no tuviera una sola gota de sangre Romanov. Elizabeth le consiguió a Catalina un amante llamado Sergio Saltykov, que fue con quien perdió el virgo (el cual a esas alturas debe haber estado más tieso que el muro de Berlín). En 1754 por fin salió Catalina panzona de sus amores con Saltykov, y el resultado fue el nacimiento del odioso futuro Pablo I.

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